Huyamos a una hoja blanca,
compremos sábanas de guanábana
y confundamos al enemigo.
En este mar de blancura,
unámonos como la palabra
y la oscuridad se vera a lo lejos como la sombra de una hoja:
Tu vientre.
Abajo la oscuridad de dátil.
Frente a mi boca la hendidura de tu ombligo;
de mis labios una lengua pez
clava su humedad.
Evadne:
Huyamos a una hoja blanca.
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1 comentario:
Sensualidad, palabras que incitan a la libertad, y la naturaleza salvaje y omnipotente, precioso!Un saludo!
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