lunes, 15 de enero de 2007

Serie Evadne

la niña medita.
Contiene su mirada, una profunda tristeza.
Un perro con su aliento sobre la oreja parece decirle: " no me dejes"
Ella está confusa.
No ha sido un buen perro:
libertino, andariego,
pero cuando esta con ella
se talla a su pierna, mueve la cola,
y chilla como diciendole.."perdona"
Tiene que dejarlo. - Eso ella lo sabe-
Quiere, pero no se atreve, o tal vez puede, pero no quiere.
En su corazon hay un enredo.
El perro sigue chillando,
diciéndole : te quiero.
Ella suspira sin desearlo,
unas lagrimas ruedan cabizbajas.
un grito terrible sobresalta su alma.
el grito es orden.
Y ella camina sin ver.
Camina llorando hacia delante y sorda a los gemidos del perro se va...
delante un amigo le ofrece ayuda y la encamina.
El perro ha dejado de mover la cola, de gemir
y sólo la ve a la lejanía.

1 comentario:

josef dijo...

El perro representa la lujuria descarnada, la atracción de la fatalidad de la que ella escapa finalmente, me gusta este poema... saludos!